¿Cómo es el Postoperatorio?
El postoperatorio de la cirugía ortognática ha cambiado radicalmente en los últimos años. La evolución de la técnica quirúrgica y de los medios tecnológicos nos permiten realizar un diagnóstico y plan de tratamiento extremadamente precisos e individualizados para cada paciente. Otro elemento decisivo en la mejoría drástica de los periodos postoperatorios es el material de osteosíntesis. Las miniplacas y tornillos nos permiten fijar el hueso y evitar los bloqueos intermaxilares.
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¿Cuánto tiempo de ingreso?
Después de la cirugía, el paciente suele estar ingresado en el hospital entre 24 y 48 horas. Esto es importante porque son las primeras horas tras la cirugía las peores desde un punto de vista de la inflamación. El que el paciente esté en el hospital nos permite tenerle más controlado. Se le administra una pauta de antibióticos y antiinflamatorios potentes por vía intravenosa, que suele ser más efectivo que tomar esa misma medicación por vía oral.
Los puntos que utilizamos para cerrar las incisiones son de material reabsorbible y se acaban cayendo solos, sin necesidad de que los retire el cirujano.
Pérdida de Sensibilidad
Debido a los cortes que hacemos en los maxilares, temporalmente se pierde la sensibilidad en toda la boca y parte de la cara, incluyendo dientes, encías, paladar, mucosa y piel de los labios y mentón, y piel de las mejillas y parte de la nariz. Esto produce una sensación un poco incómoda para el paciente los primeros días, pero tiene una contrapartida muy positiva: se pierde también la sensibilidad dolorosa, por lo que de lo que menos se quejan los pacientes después de la intervención es del dolor. Es una cirugía que aunque parezca sorprendente no supone un postoperatorio doloroso.
Recomendaciones de Higiene
Durante las primeras 24 horas después de la intervención el paciente no debe tomar nada sólido ni caliente, sólo debe ingerir líquidos fríos. Tampoco debe cepillarse los dientes ni enjuagarse la boca hasta que hayan pasado esas primeras 24 horas. En ese momento empezará a ingerir una dieta túrmix (como os explicamos en el apartado de “dieta”). De la misma manera comenzará a cepillarse los dientes con un cepillo quirúrgico (que tiene las cerdas más blanditas) y su pasta de dientes habitual. Por último, se recomienda hacer enjuagues con agua con sal y con clorhexidina.
Al principio la inflamación afecta al suelo de las fosas nasales también, por lo que cuesta respirar por la nariz, y puede haber algo de rinorrea (un goteo de líquido por la nariz). Aún así, está terminantemente prohibido sonarse la nariz durante unas 6 semanas. Cualquier esfuerzo de presión aérea en fosas nasales se transmite a los senos maxilares, y de ahí puede transmitirse al tejido subcutáneo de las mejillas y pómulos produciendo un enfisema que aumenta la inflamación. Lo que sí se puede hacer para limpiar las fosas nasales son lavados con suero fisiológico (o agua de mar suave), pero siempre después de que hayan pasado por lo menos 48 horas desde la cirugía.
Otro aspecto a tener en cuenta es el cuidado de los labios después de la intervención. Para realizar toda la cirugía por vía intraoral, traccionamos de los labios constantemente. A pesar de que los hidratamos continuamente en quirófano, pueden resentirse y producir molestias. Es importante seguir una rutina para tenerlos bien hidratados, tratando con algún producto específico tanto el bermellón como la piel que rodea el labio.
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No hacemos bloqueos postoperatorios
Es otra diferencia importante con los protocolos tradicionales, en los que muchas veces se dejaba al paciente con la boca cerrada y bloqueada con alambres durante 3 meses. Gracias a que utilizamos miniplacas y tornillos para fijar los fragmentos óseos, no son necesarios esos bloqueos tan rígidos. Lo único que dejamos son unas gomitas de ortodoncia, del mismo tipo que las que utilizan los ortodoncistas, normalmente una a cada lado de la arcada. Son gomas blandas, cuya función no es que el paciente no abra la boca, todo lo contrario. La función de las gomas es simplemente guiar la oclusión del paciente.
Sabéis que temporalmente después de la intervención se pierda la sensibilidad en casi toda la boca. Cuando masticamos, no pensamos en dónde colocamos la mandíbula al morder. El movimiento lo guía un arco reflejo que recibe información de receptores propioceptivos de los dientes, envía una señal a nuestro cerebro, y este la devuelve para guiar la acción de los músculos masticatorios. Pues bien, estos receptores propioceptivos dejan de funcionar después de la cirugía. Entre esta pérdida de sensibilidad temporal, y el cambio que producimos en la posición de los maxilares, el paciente se siente algo perdido a la hora de masticar.
Las gomas guían la apertura y cierre mandibular durante un tiempo, pero no pretenden limitar el movimiento. Al contrario, lo que incentivamos con los protocolos de recuperación actuales es que el paciente empiece a comer, a hablar, y a movilizar la mandíbula cuanto antes. Esto impide que la articulación se quede anquilosada (o bloqueada) por no moverla (al igual que ocurre con cualquier articulación del cuerpo que no se mueve temporalmente por una escayola). Además, el movimiento del hueso y la actividad muscular hacen que la inflamación disminuya más rápido.
![hiloterapia](https://www.ortognaticayestetica.com/wp-content/uploads/2020/05/h165-300x217-1.png)
Hiloterapia
Otro elemento fundamental en el manejo postoperatorio es la hiloterapia, que consiste en la utilización de una máscara de frío en la región facial. Es básicamente una sofisticación de la aplicación de hielo envuelto en un paño seco que se hacía tradicionalmente. La máscara que usa el paciente contiene un líquido, y está conectada mediante un circuito a una máquina que mantiene ese líquido a una temperatura constante de unos 15ºC. Esta temperatura es la considerada idónea para producir el efecto antiinflamatorio del frio pero evitando los efectos nocivos de un frío excesivo (y que podían ser producidos por la aplicación de hielo tradicional). Esta terapia solemos aplicarla de manera continua las primeras 24 horas y de manera discontinua las 24 horas siguientes. Esta es otra razón por la que recomendamos el ingreso durante 48 horas tras la cirugía.
Dieta
El paciente empieza a comer pocas horas después de la intervención. Es otra diferencia importante con los protocolos tradicionales. Durante las primeras 24 horas, el paciente empieza a tomar líquidos fríos. Esto es lo habitual después de cualquier tipo de intervención quirúrgica en la boca. Pasado este tiempo, se empieza con una dieta túrmix. Es una cirugía importante, y para reponerse el paciente tiene que estar bien alimentado. Tendrá que tomar todo tipo de alimentos pero pasados por la túrmix. Y no conviene usar ni una pajita ni una jeringa para ingerir los alimentos, hay que hacerlo con una cuchara, abriendo la boca. Lógicamente, el paciente puede quitarse las gomas para comer y volver a colocárselas él mismo después de cepillarse los dientes.
En los días siguientes, y de forma paulatina, se van reintroduciendo otro tipo de alimentos en la dieta. Los alimentos muy duros, como frutos secos, manzanas a bocados, y la carne más chiclosa, no se reintroducirán en la dieta hasta pasadas 6 a 8 semanas según los casos.
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Reincorporación a la vida Social, Laboral, y Deporte
El paciente sale del hospital pudiendo hacer una vida normal, valiéndose por sí sólo, pero con algunas limitaciones. La inflamación que se produce en la cara empieza a disminuir después de 48 horas. Se mantiene durante un tiempo, y esa inflamación se le nota al paciente durante los primeros 7 a 10 días. También puede presentar algún pequeño hematoma. Pasados esos 10 días, al paciente ya no se le nota que está operado. Solemos decir que la gente que no le conozca no sabrá que está operado, y el que si le conozca le notará un cambio en la cara, pero muchas veces sin saber a qué se debe.
Otra limitación, sobretodo desde un punto de vista social, es el tema de la comida, como hemos comentado en el apartado de la dieta. Y respecto al deporte, recomendamos no realizar ejercicio físico hasta que hayan pasado 20 días. Algunos pacientes nos preguntan si pueden andar, y esta actividad se puede hacer sin excederse desde el primer día. Superados los primeros 20 días, se pueden hacer esfuerzos físicos con moderación, incluyendo correr, gimnasio, y actividades similares. Lo que prohibimos es todo lo que sean deportes de contacto facial (fútbol, baloncesto, artes marciales, y demás…) hasta que hayan pasado por lo menos 2 meses de la intervención, al igual que la natación. En este último caso, es porque al nadar expulsamos el aire por nariz con bastante fuerza, y esto debe evitarse durante 6 semanas.