¿Qué es el Botox o Toxina Botulínica?
La toxina botulínica, también conocida como Botox, es un fármaco que tiene la capacidad de bloquear la transmisión de la señal neuromuscular, inhabilitando la contracción del músculo afectado. Las arrugas que aparecen con la gesticulación son consecuencia de la contracción repetitiva de determinados grupos musculares. El bloqueo de estos músculos con la toxina nos permite eliminar estas arrugas dinámicas.
¿Cómo es el Procedimiento?
La infiltración de toxina botulínica se realiza de forma ambulatoria, en la consulta, y no requiere la utilización de anestesia. Tras la infiltración, quedan unos pequeños habones en los puntos en donde el producto ha sido inyectado que el paciente no debe tocarse, y que se reabsorben en 3-4 horas. El paciente puede hacer una vida completamente normal después del tratamiento. Normalmente la zona que tratamos con este fármaco es el tercio superior de la cara, incluyendo:
- la glabela (o entrecejo)
- región nasal alta (zona en la que se producen las conocidas como “bunny lines”)
- la frente
- la zona periocular (donde se forman las “patas de gallo”).
Podemos tratar otras regiones faciales, pero lo hacemos con mucha menos frecuencia y en casos muy seleccionados, como son los de sonrisa gingival y asimetrías producidas por parálisis facial.
¿Cuánto dura el Efecto?
La toxina botulínica no actúa de forma inmediata. Sus efectos no son visibles hasta que pasan 3 o 4 días, y alcanzan su máxima expresión al cabo de una semana, momento en el que puede ser necesario hacer algún retoque. Como todos sabéis el efecto es temporal, y dura unos 4 o 5 meses según el tipo de paciente, razón por la que para mantener el efecto recomendamos repetir el tto. dos o tres veces al año. En muchas ocasiones se combina este tratamiento con otras técnicas como la infiltración de rellenos faciales o hilos tensores.